La Mujer es el arma secreta de Dios - Pastor Rey Matos CONFERENCIA BRILLA 2017
18 Entonces el Señor dijo:
- No es bueno que el hombre viva solo. Voy a hacerle a alguien que le ayude como si fuera a su otra mitad.
19 Después que el Señor Dios formó de la tierra todos los animales salvajes y todas las aves, los llevó al hombre para que pusiera nombre en ellos. Y ellos se quedaron con el nombre que el hombre les dio. 20 Él puso nombres en las aves y en todos los animales domésticos y salvajes. Pero para Adán no se hallaba una ayudante que fuera como su otra mitad.
21 Entonces el Señor Dios hizo que el hombre cayera en un sueño profundo. Mientras dormía, Dios sacó una de sus costillas y cerró la carne en aquel lugar. 22 De esa costilla el Señor formó una mujer y la llevó al hombre. 23 Entonces el hombre dijo:
"¡Ahora si!
Esta es carne de mi carne
y el hueso de mis huesos.
Ella se llamará 'mujer'
porque Dios la sacó del hombre.
Es por eso que el hombre deja a su padre ya su madre para unirse con su mujer, y los dos se convierten en una sola persona.
25 Tanto el hombre como su mujer estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.
- No es bueno que el hombre viva solo. Voy a hacerle a alguien que le ayude como si fuera a su otra mitad.
19 Después que el Señor Dios formó de la tierra todos los animales salvajes y todas las aves, los llevó al hombre para que pusiera nombre en ellos. Y ellos se quedaron con el nombre que el hombre les dio. 20 Él puso nombres en las aves y en todos los animales domésticos y salvajes. Pero para Adán no se hallaba una ayudante que fuera como su otra mitad.
21 Entonces el Señor Dios hizo que el hombre cayera en un sueño profundo. Mientras dormía, Dios sacó una de sus costillas y cerró la carne en aquel lugar. 22 De esa costilla el Señor formó una mujer y la llevó al hombre. 23 Entonces el hombre dijo:
"¡Ahora si!
Esta es carne de mi carne
y el hueso de mis huesos.
Ella se llamará 'mujer'
porque Dios la sacó del hombre.
Es por eso que el hombre deja a su padre ya su madre para unirse con su mujer, y los dos se convierten en una sola persona.
25 Tanto el hombre como su mujer estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.
("Génesis 2: 18-25")
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